miércoles, 21 de mayo de 2008

Critica la biblioteca total

Critica la biblioteca total

Entrevista con Andrew Keen

por Stephen Schwartz


http://www.reforma.com/libre/online07/edicionimpresa/default.shtm?seccion=elangelcultural


(18 mayo 2008).-
Andrew Keen se ha vuelto famoso, o tristemente famoso, por escribir El culto a lo amateur: Cómo Internet está matando nuestra cultura, que apareció por primera vez en 2007 y se basa en un ensayo aparecido en 2006 en The Weekly Standard, publicación periódica neoconservadora con sede en Washington. El británico Keen había tenido un papel prominente en el surgimiento de Internet, por lo que su cuestionamiento original, Web 2.0, subtitulado "Llegó la segunda generación de Internet. Es peor de lo que podía pensarse", fue escandalosamente polémica.

Su argumento podría parafrasearse de manera sencilla: el cambio económico y social provocado por la revolución tecnológica global anuncia la "destrucción de la creación" en la cultura tradicional.



Reinventar la cultura

Keen critica la sustitución del contenido intelectual tradicional por las reflexiones amateur. En el mundo Web 2.0, todas las opiniones, las creaciones y las experiencias son de igual valor.

"Me gustaba la tecnología, para mí Internet consistía en llevar a las personas un producto de calidad, cuando de repente me di cuenta de que el nuevo objetivo era crear una cultura diferente. Web 1.0 pretendía diseminar la alta cultura, pero Web 2.0 quería reinventarla totalmente, eliminando los conocimientos y sin pagar por el trabajo realizado. Por lo tanto, la cultura está siendo destrozada", dice.

La crítica de Keen incluye un ataque a Rousseau, filósofo francés que argumentaba que la humanidad nace libre, pero en todas partes es esclavizada. Esto ha evolucionado hasta llegar a la creencia de que la tecnología nos liberará de los medios establecidos, del periodismo de élite, del realizador cinematográfico y del experto, jugando con la idea moderna de que todos tenemos talento, señala.

Keen describe una crisis que se inició en los 60 con el desplome de las universidades.

"Los pocos intelectuales que quedan son periodistas profesionales y están ahora sometidos al ataque de la gente de Web 2.0", advierte Keen.

"Los medios tradicionales giran alrededor de la preparación y el conocimiento, mientras que Web 2.0 prefiere fragmentos de conocimiento ofrecidos al público de forma rápida. ¿Cómo se puede comparar el trabajo de periodistas capacitados y con experiencia con el carácter amateur de los blogs?", pregunta.

De acuerdo con Keen, los partisanos de Web 2.0 se confunden con las categorías. "Ven a los medios como un motor de transformación social, pero los medios no son una plataforma para esa virtud".

La obra de Keen no carece de fallas y, en un entorno de triunfalismo tecnológico, lo ha aislado inevitablemente e, incluso, se le ha despreciado. Está nadando a contracorriente, una labor difícil en una sociedad convulsionada por las aguas revueltas de la crisis social, donde se incluye el reto a los valores occidentales producido por los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001 y las consiguientes guerras. Esto último, si me permiten, reafirmó en cierta medida el valor de un verdadero conocimiento en un tema tan difícil como el del Islam global.

"Sin embargo", dice Keen, "el cambio es inevitable. El talento, el conocimiento y la experiencia están experimentando una apreciación renovada al enfrentarse las personas a su ausencia. Se acerca un nuevo mundo que no será gobernado ni por el experto adolescente ni por los miembros acartonados del establishment académico. Las universidades angloestadounidenses no se han visto afectadas por la revolución de la información y serán territorio abierto a nuevas evoluciones, aunque hoy están tan estancadas como en otro tiempo lo estuvo el imperio soviético. Tiene que ocurrir una rebelión contra las máquinas", predice, en línea con películas como Terminator y Matrix que, con su abrumadora popularidad, evidencian profundas ansiedades colectivas. Hollywood produce películas que reflejan el descontento con las nuevas tecnologías, al tiempo que esa industria, al igual que el negocio de la música, es igualmente vulnerable, o más, a las implicaciones económicas por las descargas del 2.0. Quizá sólo la literatura -la verdadera literatura, la ficción, los contenidos estéticos y la poesía- sobreviva intacta.



La crisis universitaria

Mis encuentros con Keen, quien con 48 años es 11 años más joven que yo, me hicieron pensar que había conocido a un hermano perdido, independientemente de su educación europea y experiencia gerencial, en contraste con mi educación estadounidense y mi carrera como escritor. Describe su infancia en Golders Green, barrio étnicamente diverso en el norte de Londres. Se educó en la prestigiosa Facultad de Estudios Eslavos en la Universidad de Londres y quería convertirse en académico especializado en Europa del Este. En el curso 82-83, la institución académica del British Council lo envió por un año a la Universidad de Sarajevo, en la parte bosnia de la ex socialista Yugoslavia. Keen quería estudiar la identidad social de los bosnios musulmanes, tema de sorprendente clarividencia si se toma en cuenta la guerra que se abatiría sobre la Bosnia musulmana una década después.

Como Octavio Paz y otros notables intelectuales modernos, Keen llegó posteriormente a la Universidad de California en Berkeley, como estudiante de posgrado en ciencias políticas. Sin embargo, ahora Keen declara que la educación superior estadounidense es una tragedia para el país.

"El sistema de titularidad (por el que los catedráticos consiguen un puesto vitalicio) permite a los académicos malgastar su tiempo. Los estudiantes serios no eran apreciados; las personas con cerebro abandonaban voluntariamente la universidad. La alternativa era saltar los obstáculos como un idiota, para lo cual había que encontrar un mentor feudal al cual servir. Los estudiantes que permanecían eran castigados por ser originales, por pensar por sí mismos, por dar muestras de humor".

Tras constatar que el sistema se encontraba obstruido por la inercia intelectual y la burocracia académica, Keen abandonó la universidad en 1986, pensando que había fracasado por la traumática revelación de que no sería un reconocido académico de Berkeley.

En cambio, una serie de eventos fortuitos lo llevó por un enrevesado camino a convertirse en emprendedor. Se mudó a Boston, impartió clases de teoría política y, según sus propias palabras, recuperó la confianza intelectual.

"Regresé a Berkeley (donde continúa en la actualidad) y me sumergí en el periodismo musical".

A pesar de ser crítico musical, se vio obligado a participar en el lado empresarial de una publicación periódica, y descubrió que lo disfrutaba.



Surgimiento y colapso

A mediados de los 90, Keen descubrió Internet a través del entonces popular navegador Netscape.

"Empecé a creer en la revolución, pensando que lo transformaría todo, haciendo del mundo un lugar mejor al tiempo que me enriquecería", lo cual llama "el sueño judío".

Keen lanzó un negocio en Internet, audiocafe.com, uno de los primeros sitios de música digital. Vendió su casa para financiar la empresa y pronto se encontró en medio de la revolución, cuando la vida era intensamente emocionante. Estableció una red en la industria de la música; su esfuerzo fracasó cuando estalló la burbuja de Internet, pero había tenido el suficiente éxito para poder moverse en nuevas direcciones. Preparó una conferencia en Silicon Valley sobre el futuro de los medios de comunicación, programada para septiembre del 2000, pero en la primavera de ese mismo año se derrumbó el mercado de inversiones NASDAQ, llevándose consigo en su caída a la mayoría de las firmas de Internet en "el colapso de las punto com (.com)".

Keen siguió trabajando, pero como el típico desarrollador de negocios o vendedor de alto nivel. La economía se recuperó en el 2003, y luego él "tuvo su revelación", que comparó con la de George Orwell cuando de repente éste se dio cuenta, como registró en Homenaje a Cataluña, su libro de 1938, que los comunistas prosoviéticos estaban socavando, en lugar de apoyar, la lucha de la república española.

En un evento para hablar del software libre, Keen escuchó a personas ricas y sofisticadas hablar de reemplazar el contenido de los medios con las aportaciones de las masas ordinarias, de "democratización", del fin de la autoridad, el periodismo y el concepto de público.

En efecto, una élite empresarial creada de la noche a la mañana por la revolución tecnológica teorizaba a ciegas sobre la devastación del legado cultural existente y su reemplazo por un nuevo contenido. Ese nuevo contenido reflejaría el narcisismo de "la nueva clase" (no sería el último fenómeno de este tipo) y del mismo modo se eliminaría el conocimiento previo, el talento reconocido y la crítica editorial madura.

La clarividencia de Keen, como en su primera digresión sobre Bosnia, demostró estar bien afinada. Web 2.0, el fenómeno basado en programas de código abierto, produjo una realidad cibernética autorreferencial, encarnada, como apunta Keen, en weblogs personales o blogs, YouTube, MySpace y similares ejemplos de aficionados hablando de sí mismos sin intermediación. Luego llegó Wikipedia, una "enciclopedia para hacer uno mismo", en la que individuos sin un prestigio establecido escriben descripciones de complejos fenómenos históricos, culturales y científicos, así como biografías de prominentes individuos. Además, tenemos Second Life, donde los individuos pueden transformarse a sí mismos y su entorno en Internet, inventando mundos perfectos en los que los solitarios, aislados y poco atractivos pueden reinventarse como personalidades deslumbrantes y conseguir el éxito social.

Los efectos pragmáticos de esta "nivelación" son generalizados, obvios y, en algunos casos, de escándalo. Keen observa cómo los blogs han elevado al comentarista de sí mismo, aficionado y con frecuencia analfabeto, al nivel de colega "periodístico" de un reportero, columnista o editor capacitado, y han reducido drásticamente el mercado para la prensa tradicional que se dedica a la búsqueda de noticias. La actividad en los blogs también ha reducido los honorarios de los periodistas profesionales y los columnistas de opinión, creando por lo general una relación retrógrada en la que se pide a los autores que cedan todos sus derechos a editores transitorios e improvisados de blogs. My- Space ha posibilitado el hostigamiento o "acoso" personal por Internet y, por lo menos, un suicidio en el desolado paisaje del Medio oeste estadounidense. Wikipedia, que está llena de afirmaciones sin confirmar, e incluso difamatorias, por desgracia se ha convertido en un poderoso "banco de datos" utilizado por las compañías para revisar los antecedentes de potenciales empleados.

La descarga ilimitada de música ha liquidado, en gran medida, la industria de la música en la que Keen había trabajado como crítico, y también ha reducido los ingresos promedio de los músicos más jóvenes que dan conciertos en vivo. Y, lo que es peor, de acuerdo con Keen, el concepto de remix, más extendido en la música que en cualquier otro campo creativo, convierte a toda la cultura en un producto adicional sin diferenciaciones. La justificación ideológica de este resultado la proporciona la "teoría libertaria", una filosofía del interés sin freno en uno mismo que ha manchado un término en otro tiempo aplicado al idealismo de la filosofía anarquista. Sin embargo, los anarquistas buscaban elevar la humanidad a un nivel cultural superior, no arrastrar la cultura al fondo por medio de una colectivización de la mediocridad. La historia, por desgracia, está llena de tales ejemplos.



Consecuencias del 'remix'

Quizá, Keen remonta su punto de vista sobre la devastación de la cultura a manos del remix a un ensayo de Jorge Luis Borges, La biblioteca total, escrito en 1939. En el mismo, el genio argentino predijo las consecuencias del remix. El ensayo empieza diciendo: "El capricho o imaginación o utopía de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos, que no es difícil confundir con virtudes". Concluye evocando "desiertos verticales de libros (que) corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman, lo niegan y lo confunden". Para muchas personas, ese es el significado de cultura como se define en Web 2.0.

Keen se ha convertido, como muchos otros antes que él, en un revolucionario por medio de la crítica a una revolución que siguió una dirección distorsionada. Su mensaje personal ha sido articulado muchas veces antes que él: "una lección básica de su vida ha sido que lo más difícil es decir que no". Para quienes se pueden desligar del entusiasmo de la multitud ciega, la vida puede guardarles una recompensa más alta, la de una visión social penetrante; aunque la carga de tal percepción puede ser mucho más pesada de lo que uno se imagina. Keen aprenderá por sí mismo a dónde lo llebarán sus críticas de la realidad contemporánea, a él y a su obra.


Escritor y periodista estadounidense Traducción: REFORMA/ Lluis A. Iglesias



La generación interactiva

Web 1.0 es el concepto original de la Web, con páginas estáticas HTML que no permitían la actualización frecuente

El término Web 2.0 fue acuñado en 2004 y se refiere a la segunda generación de Web, basada en comunidades de usuarios y una gama de servicios que fomentan la colaboración y el intercambio de información entre usuarios, como redes sociales, blogs o wikis. Los sitios Web 2.0 actúan más como puntos de encuentro que como webs tradicionales.

El término Web 2.0 se refiere así a una serie de aplicaciones y páginas de Internet que utilizan la inteligencia colectiva para proporcionar servicios interactivos en red y que dan al usuario el control de sus datos, ya que puede modificar su contenido o la forma de presentarlos.



"Los medios tradicionales giran alrededor de la preparación y el conocimiento, mientras que Web 2.0 prefiere fragmentos de conocimiento ofrecidos al público de forma rápida".

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