miércoles, 21 de mayo de 2008

Los riesgos de la Web

Los riesgos de la Web

La cultura tradicional ante Internet. En su libro El culto a lo amateur, el crítico Andrew Keen afirma que la Red daña la cultura tradicional con blogs de información superficial o reflexiones de aficionados; sin embargo, otros especialistas disienten de esta postura

por Andrew Keen

http://www.reforma.com/libre/online07/edicionimpresa/default.shtm?seccion=elangelcultural


(18 mayo 2008).- Si no supiera cómo son las cosas, pensaría que estamos otra vez en 1999. El auge ha regresado a Silicon Valley, y los locos utópicos otra vez están desatados. Me encontré con uno de esos evangelistas en una reunión en San Francisco. Junto a copas de un chardonnay frutal local, intercambiamos notas acerca de nuestras novedades. Me contó que trabajaba en un nuevo software para difundir música, texto y video en Internet.

"Es como una mezcla de MySpace, YouTube, Wikipedia y Google", dijo. "Con esteroides".

En respuesta, le expliqué que yo estaba trabajando en una polémica acerca del impacto destructivo de la revolución digital sobre nuestra cultura, economía y valores.

"Es como una mezcla de ignorancia, egoísmo, mal gusto y dominio de masas", dije sin poder evitar una sonrisa. "Con esteroides".

Sonrió incómodamente.

"Entonces es Huxley para la era digital", dijo. "Estás escribiendo a Huxley para el siglo 21".

Levantó su copa de vino en mi honor. "¡Por 'Un mundo feliz 2.0'!".

Chocamos nuestras copas. Pero yo sabía que brindábamos por el Huxley equivocado. Más que de Aldous, la inspiración para este libro proviene de su abuelo, T.H. Huxley, el biólogo del siglo 19, autor del "teorema de los infinitos monos". La teoría de Huxley dice que si a un infinito número de monos se les da un número infinito de máquinas de escribir, con el tiempo, alguno de ellos en alguna parte creará una obra maestra... Una obra de Shakespeare, un diálogo platónico o un tratado económico de Adam Smith.

En la era preinternet, el planteamiento de T.H. Huxley sobre un infinito número de monos dotado de tecnología infinita parecía más una broma matemática que una visión distópica. Sin embargo, lo que antes parecía una broma ahora parece presagiar las consecuencias de un decaimiento de la cultura que está difuminando las fronteras entre el concepto tradicional de público y autor, creador y consumidor, experto y aficionado. Esto no es cosa de risa.

La tecnología de hoy en día da máquinas de escribir a todos. Pero en nuestro mundo de Web 2.0, las máquinas de escribir no son precisamente máquinas de escribir, sino computadoras personales interconectadas, y los monos no son precisamente monos, sino usuarios de Internet. Y en lugar de crear obras maestras, esos millones y millones de usuarios -muchos sin más talento para las artes creativas que nuestros primos los primates- están creando un interminable bosque digital de mediocridad. Y es que hoy pueden usarse computadoras interconectadas para publicar todo, desde comentarios políticos infundados hasta videos caseros indecorosos, música poco profesional, poemas, reseñas, ensayos y novelas imposibles de leer.

Y, en el corazón de este experimento de autopublicación de "infinitos monos", está el diario en línea, el ubicuo blog. Escribir un blog se ha convertido en tal manía que es creado uno nuevo cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día. Escribimos en blogs acerca de nuestras vidas privadas, nuestras vidas sexuales, nuestras vidas soñadas, nuestra falta de vida, nuestras vidas virtuales en Second Life. En el momento de esta publicación había 53 millones de blogs en Internet, y esta cifra se duplica cada seis meses. En el tiempo que le tomó leer este párrafo, se lanzaron 10 nuevos blogs.

Si mantenemos este ritmo, habrá más de 500 millones de blogs para el 2010, corrompiendo y confundiendo colectivamente la opinión popular acerca de todo, desde política hasta comercio, arte y cultura. Los blogs se han vuelto tan vertiginosamente infinitos que han socavado nuestro sentido de lo cierto y lo falso, lo real y lo imaginario. En estos días, los chicos no saben la diferencia entre noticias creíbles de periodistas profesionales y lo que leen en joeshmoe.blogspot.com. Para estos utópicos de la Generación Y, cada texto es sólo la versión de la verdad a cargo de otra persona; cada ficción es sólo otra versión de los hechos.

Además, está Wikipedia, una enciclopedia en línea en la que cualquiera que tenga pulgares y haya cursado la primaria puede publicar cualquier cosa acerca de cualquier tema, desde AC/DC hasta el zoroastrismo. Desde el nacimiento de Wikipedia, más de 15 mil colaboradores han creado casi 3 millones de entradas en más de 100 idiomas diferentes -ninguna de ellas editada o sometida a investigación para verificar su exactitud. Con cientos de miles de visitantes al día, Wikipedia se ha convertido en el tercer sitio más visitado en busca de información y sucesos actuales; una fuente de noticias de más confianza que los sitios de CNN o la BBC, a pesar de que Wikipedia no tiene reporteros, editores, ni experiencia en la recopilación de noticias. Es un ciego guiando a otro ciego.

En Wikipedia, todos los que tienen algún interés pueden reescribir una página a su antojo -y los colaboradores con frecuencia lo hacen-. Por ejemplo, Forbes publicó recientemente una nota acerca de empleados anónimos de McDonald's y Wal-Mart que usaban furtivamente las páginas de Wikipedia como un medio para diseminar propaganda corporativa de manera engañosa. En la página acerca de McDonald's, un vínculo al libro Fast Food Nation, de Eric Schlosser, convenientemente desapareció; en la de Wal-Mart, alguien eliminó una línea acerca de que los empleados mal pagados ganaban menos del 20 por ciento que los de la competencia.

Sin embargo, el experimento de Internet no se limita a la palabra escrita. La máquina de escribir del siglo 19 de T.H. Huxley ha evolucionado no sólo a la computadora, sino también a la cámara de video, lo que ha convertido a Internet en una enorme videoteca de contenido generado por los usuarios. YouTube es un portal de videos de aficionados que, al momento de escribir esto, era el sitio de más rápido crecimiento en el mundo, atrayendo 65 mil nuevos videos diariamente y ostentando 60 millones de videos vistos cada día; eso asciende a más de 25 millones de videos nuevos al año, y alrededor de 25 mil millones de videos vistos anualmente. En otoño del 2006, fue adquirida por Google por más de mil 500 millones de dólares.

YouTube eclipsa hasta a los blogs en lo insensato y absurdo de su contenido. Nada parece ser demasiado prosaico o narcisista para estos monos videógrafos. El sitio es una galería infinita de videos de aficionados que muestran a tontos que bailan, cantan, comen, lavan, compran, conducen, limpian, duermen o simplemente observan sus computadoras. En agosto del 2006, un video sumamente popular llamado The Easter Bunny Hates You (El Conejo de Pascua te odia) mostraba a un hombre disfrazado de conejo que acosaba y atacaba a personas en las calles; de acuerdo con la revista Forbes, este video fue visto más de 3 millones de veces en dos semanas. Algunos de los otros temas favoritos incluyen a una joven que observa a otro usuario de YouTube que observa a otro usuario, una casa de los espejos virtual que finalmente lleva a una mujer que hace un sándwich de crema de cacahuate y mermelada frente al televisor; una bailarina malaya con una falda irracionalmente corta que baila con música de Ricky Martin y Britney Spears; un perro que persigue su propia cola; una inglesa que enseña a los espectadores cómo comer una galleta de chocolate y mermelada; y, en una adición muy apropiada a la videoteca de YouTube, un video de monos de peluche que bailan.

Lo que inquieta más que el hecho de que millones de nosotros vemos tales tonterías voluntariamente todos los días es que algunos sitios de Internet nos toman por monos sin que siquiera lo sepamos. Al buscar palabras con el buscador de Google, estamos creando algo llamado "inteligencia colectiva", la sabiduría acumulada de todos los usuarios de Google. La lógica del buscador de Google, lo que los tecnólogos llaman su algoritmo, refleja la "sabiduría" del público. En otras palabras, entre más personas hagan clic en un vínculo que resulte de una búsqueda, más probable es que ese vínculo aparezca en búsquedas posteriores. El buscador es la agrupación de los 90 millones de preguntas que le hacemos colectivamente a Google todos los días; en otras palabras, simplemente nos dice lo que ya sabemos.

Esta misma "sabiduría" del público es manifestada en los sitios de noticias sin editores como Digg y Reddit. El orden de los titulares en esos sitios refleja lo que otros usuarios han estado leyendo, en lugar del criterio experto de editores de noticias. Mientras escribo, hay una guerra brutal en Líbano entre Israel y el Hezbolá. Pero un usuario de Reddit no se enteraría de esto, porque en la lista de las 20 notas más "populares" del sitio no hay nada acerca de Israel, Líbano o el Hezbolá. En lugar de eso, la gente puede leer acerca de una actriz inglesa que tiene el pecho plano, los hábitos de los elefantes al caminar, una parodia del más reciente comercial de Mac y túneles subterráneos en Japón. Reddit es un reflejo de nuestros intereses más banales.

El periódico The New York Times reporta que el 50 por ciento de todos los bloggers lo hacen por el único propósito de reportar y compartir experiencias de su vida personal. El lema de YouTube es "Broadcast Yourself" (transmítete a ti mismo). Y transmitirnos es lo que hacemos, con toda la descarada autoadmiración del mítico Narciso. Conforme los medios tradicionales del mainstream son sustituidos por los medios personalizados, Internet se ha convertido en un espejo de nosotros mismos. En lugar de usarla para buscar noticias, información o cultura, la usamos para ser la noticia, la información, la cultura.

Este infinito deseo de atención personal impulsa la parte más popular de la nueva economía de Internet, sitios de redes sociales como My-Space, Facebook y Bebo. Estos sitios se han convertido en tábulas rasas de nuestros deseos e identidades individuales. Afirman ser para "socializar" con otros, pero en realidad existen para que podamos anunciarnos a nosotros mismos: todo, desde nuestros libros y películas favoritos hasta fotos de nuestras vacaciones de verano y "testimonios" que elogian nuestras cualidades más agradables o relatan nuestras más recientes borracheras.

Sin embargo, nuestros estándares culturales y nuestros valores morales no son lo único que está en juego. Lo más grave de todo es que las mismas instituciones tradicionales que han ayudado a fomentar y crear nuestras noticias, nuestra música, nuestra literatura, nuestros programas de televisión y nuestras películas también están siendo atacadas. Los periódicos y las revistas, dos de las fuentes más confiables de información acerca del mundo en el que vivimos, están en problemas por la proliferación de blogs gratuitos y sitios como Craigslist, que ofrecen anuncios clasificados gratuitos, mermando la colocación de anuncios pagados. En el primer trimestre del 2006, las ganancias cayeron drásticamente en todos los periódicos importantes de Estados Unidos: un 69 por ciento en la The New York Times Company, 28 por ciento en la Tribune Company y 11 por ciento en Gannett, la compañía de periódicos más grande de Estados Unidos. La circulación también ha caído. En The San Francisco Chronicle el número de lectores cayó un vertiginoso 16 por ciento tan sólo en el segundo y tercer trimestres del 2005. Y, en el 2007, Time, Inc. despidió a casi 300 personas, principalmente de áreas editoriales, de revistas como Time, People y Sports Illustrated.

Quienes aún leemos periódicos y revistas sabemos que la gente también está comprando menos música. Debido a la desenfrenada piratería digital generada por la tecnología para compartir archivos, las ventas de música grabada cayeron en más de un 20 por ciento entre el 2000 y el 2006.

En paralelo con el surgimiento de YouTube, Hollywood está experimentando sus propios problemas financieros. Las ventas en taquilla en Estados Unidos ahora representan menos del 20 por ciento de los ingresos de Hollywood y, con la estabilización de las ventas de DVDs y la desenfrenada piratería global, la industria busca deses- peradamente un nuevo modelo de negocios que le permita distribuir películas por Internet de una forma en la que obtenga ganancias. De acuerdo con David Denby, crítico de cine de la revista The New Yorker, muchos ejecutivos de los estudios de Hollywood se encuentran en "pánico" por la disminución de los ingresos. Una triste consecuencia son los recortes de personal. Disney, por ejemplo, anunció 650 despidos en el 2006, y una caída de casi un 50 por ciento en la cantidad de películas animadas producidas anualmente.

Los medios tradicionales se enfrentan a la extinción. Pero de ser así, ¿qué ocupará su lugar? Aparentemente, serán los populares buscadores del Silicon Valley, los sitios de medios sociales, y los portales de videos. Cada página nueva en MySpace, cada texto nuevo en un blog, cada nuevo video en YouTube hace crecer otra fuente potencial de ingresos por publicidad perdidos por los medios del mainstream. De ahí viene la astuta -o desesperada- decisión de Rupert Murdoch en julio del 2005 de comprar My-Space por 580 millones de dólares. De ahí viene la venta de YouTube por mil 650 millones de dólares y la explosión de capital de riesgo que patrocina sitios que imitan a YouTube. Y de ahí viene el aparentemente imparable crecimiento en Google donde, en el segundo trimestre del 2006, los ingresos se elevaron a casi 2 mil 500 millones de dólares.

¿Qué pasa, se podría preguntar usted, cuando la ignorancia se suma con el egoísmo, el mal gusto y el dominio de masas?

Despídase de los expertos y los guardianes culturales de hoy: nuestros reporteros, comentaristas de noticias, editores, compañías musicales y estudios de cine de Hollywood. En el culto de lo amateur de hoy, los monos tienen el control. Con sus infinitas máquinas de escribir, están escribiendo el futuro. Y quizá no nos guste lo que dice.


Extracto de The Cult of the Amateur. How Today's Internet is Killing our Culture, de Andrew Keen, editado en EU por Doubleday/ Currency Traducción: REFORMA/ Aron Covaliu

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